Interlaken, Trumelbach, Thun y Berna
24/4/2011
Nos levantamos pronto y tras un buen desayuno partimos a Interlaken. Llegamos de repente a un pueblo donde la carretera está cortada y no sabemos qué hacer porque no vemos ruta alternativa. Preguntamos en una estación y nos dicen que compremos un billete de 30 francos para montar con el coche en un FURKA que nos llevará desde Grimmelpass a Realp. Quedan siete minutos para que salga el tren y tenemos que contarles esto a los que se han quedado en el coche esperándonos. Vamos rápidamente y por suerte llegamos a tiempo. En el tren hay que apagar el motor y no se pueden abrir las puertas. Esto es una cosa rarísima. Se hace claustrofóbico porque atravesamos túneles y huele a gas. Llegamos a Realp y una vez allí subimos un puerto con unas curvas increíbles. Conduce Iratxe y los demás divisamos el paisaje. Está todo nevado. Menudo valle! Da mucha impresión la altura. Estamos mosqueados porque pensamos nos han engañado y estamos recorriendo kilómetros a lo tonto pero resulta que nos hemos equivocado en un desvío.. Cogemos la autopista y todo solucionado. Tras unas tres horas llegamos a Interlaken. Ya se ven los lagos, las vistas son nuevamente preciosas y nos paramos en una gasolinera para tomar un tentempié. En los baños de la misma tienen lámparas de araña.. surrealista.. Tras tomar un refrigerio ( 10 francos) nos acercamos a la oficina de turismo. Nos dan la posibilidad de visitar dos pueblos que rodean los lagos, visitar el monte o ir a Trumelbach. Aquí es donde están las cascadas subterráneas más grandes del mundo. Nos quedamos con esto último.
Aparcamos el coche y tenemos que pagar la entrada de 11 francos por cabeza. Entramos y yo me quedo con muy buen sabor de boca. Ahora iremos a Thun donde veremos su castillo (foto portada). Al llegar aparcamos en una especie de campo de futbol y paseamos por sus calles empedradas. Se parece un poco a Amsterdam.
De ahí nos vamos a Berna, dormiremos en el hotel Ambassador que está muy bien. Tiene hasta spa. Al llegar nos comemos unos bocatas con nuestro último embutido y nos disponemos a visitar la ciudad. Tras subir una cuesta tremenda llegamos a Bauhaus, el parlamento. Ahí jugamos con unas fuentes de chorros que emanan de la tierra. Pasamos un poco como los niños y nos mojamos algo.. Ahora veremos la catedral pero está en obras. Es una catedral con un color gris especial. Es bastante diferente a las que he visto hasta la fecha. Nos hacemos fotos y llegamos a la calle principal rodeada de banderas. Allí está también la torre de la prisión con un reloj precioso en lo alto de la misma. Se da un aire al de Praga.
Estamos en la zona de Marktgasse. Vemos también los sótanos de las tiendas con las escaleras que llevan hacia diferentes comercios, bares y restaurantes. Es curioso cómo en los bajos cobra vida el comercio.
Tomamos un cacharro en una cafetería paralela, el garito se llama Cuba y nos cuesta todo 25 francos. Tomamos unos batidos y cafés. Paseamos ahora por la estación cubierta por un techo de cristal con formas geométricas muy modernas. Cenamos en un Burguer King y nos echamos unas risas. Ya ha anochecido y vemos el Rathaus y alguna plaza más. Nos vamos al hotel a descansar.